lunes, 14 de agosto de 2017

PIRINEOS 2017




He visitado en varias ocasiones el Pirineo Aragonés. En coche en familia, pateando algunos espacios, haciendo montaña, de turismo rural, de senderismo, de excursiones.. Es sin duda mi paisaje favorito de España. Como provincia la de Huesca ocupa mi segundo lugar tras Asturias en mis predilecciones. Y eso es porque aquella tiene mar, si no Huesca sería mi favorita. Esta zona desde Jaca hasta  Andorra concrétamente es lo más semejante que tenemos a los Alpes y reúne algunos de los espectáculos más impresionantes que están al alcance de un español en su país: Valles flanqueados por enormes paredes vestidas de verde por los bosques, montañas altas y hermosas, algunas blancas, algunas anaranjadas por el sol..

Siempre que he estado allí he tenido la sensación de que aquella parte de España debía ser un paraíso para los motoristas con sus curvas suaves entre farallones enormes, sus entradas a valles profundos y a circos soleados. Así que me la debía. Después de que dos años atrás me recorriera de mar a mar estas montañas desde Hondarribia hasta el cabo de Creus principalmente por el lado francés (Tourmalet, Gavarnié..) este año tocaba volver en moto a los Pirineos pero en la vertiente española.

Así que sin mucha antelación previa empecé a preparar a finales de Julio el viaje con idea de pasar allí tres o cuatro días de Agosto.







Salí para allá el martes día 8 de Agosto sobre las 11. El cuentakilómetros marcaba 101550 Km. Mi idea inicial era dormir esa noche en algún lugar cerca de Somport a unos 500 km de Tordesillas (de donde salía), tal vez en un camping en Canfranc o algo así. La verdad es que iba a la aventura sin reservas (luego me arrepentiría en parte pero lo prefiero así para no verme demasiado constreñido por los horarios si me esperan). No aburriré al lector con los primeros tramos hasta cerca de Jaca. Lo normal. Autovía hasta la salida de Burgos (Valladolid-Palencia-Bu) desde donde me salí antes del peaje para ir hacia Pancorbo por nacional. Allí continué dirección Logroño que atravesé para coger la dirección hacia Pamplona. Paré a comer en un área de descanso bastante mal señalizada pero en muy buenas condiciones si tenías la suerte de ver la salida a la derecha que llevaba a ella. 





Allí mismo decidí a la vista de la hora hacer el primer cambio de planes y, dado que me sobraba tiempo pues había llegado bastante antes de lo esperado a Pamplona pensé en salir por Puente La Reina de Jaca (No confundir con el otro Puente La Reina) e ir en dirección Huesca a ver el Castillo de Loarre y los Mallos de Riglos.





Llevaba mucho tiempo queriendo conocer los Mallos de Riglos que había visto mil veces en fotografías y reportajes de "Al Filo de lo Imposible". Verdadera escuela de escalada mítica que en mi mente relacionaba con los épicos Rabadá y Navarro. Al salir de una curva de camino a Loarre en la carretera que va desde Puente de la Reina de Jaca a Huesca se me aparecieron majestuosos con las casitas del pueblo a los pies. No me defraudaron en absoluto.









Desde Riglos seguí mi camino hacia Loarre donde hay un castillo en la ladera que dicen que es uno de los más bonitos de España. Ha sido usado como escenario de varias películas y recientemente lo ha sido del éxito de Orlando Bloom "El Reino de los Cielos"







Desde aquellas alturas el valle se abría al sur en planicie inmensa que me recordaba a mi tierra. Las lowlands de Aragón vistas desde la presierra pirenaica: las highlands españolas.


Tras ver ambos lugares vuelvo lo andado hacia Puente la Reina de Jaca para seguir camino hacia Jaca. Llego un poco tarde. Decido no tirar, como había pensado inicialmente, hasta Canfranc e incluso hasta Somport. Ya habrá tiempo mañana. No tengo reserva en ningún sitio. Pienso que no habrá mucho problema. Error. Jaca está hasta arriba. Aparco la moto genial en la salida hacia Canfranc para el día siguiente y me dirijo al hotel de enfrente. Casi se ríen en mi cara al preguntar si tienen habitación libre. Y así en un par de sitios más. Tiro de móvil y localizo el albergue de peregrinos del Camino de Santiago, que para algo es Jaca paso obligado para estos. Lo encuentro a las 9:30 y me dicen que hay sitio, pero que a las 10 cierran. Estrés. A la moto, a traerla a la puerta, a descargar, a llevarse la moto de nuevo a aparcar, y a volver antes de que cierren. 
Me ducho. No he cenado. Me preparo algo en la cocina y voy al comedor. No se puede salir ya del albergue. Barato es (10€) pero es un albergue de peregrinos claro, con lo bueno y lo malo. Habitación corridas, baños comunes.. Eso si, la instalación perfecta y limpia.
La gente ya se ha ido a la cama. No se puede hacer ruido. Los peregrinos madrugan. Son las 11. En el comedor somos cuatro. Me acerco a los otros 3 y pido permiso para cenar con ellos. Resulta que son tres ciclistas de Iscar que hacen el Camino por tramos. Se preparan un banquete y prácticamente me invitan a cenar. Dicen que lo que no se coma se tira pues no pueden llevar peso extra así que agradezco el gesto. Hablamos del Toro de Vega, de lo duro del Camino, de los GPS, de algunas partes concretas por su paisaje..

Me voy al saco, repaso la ruta de mañana, tomo unas notas en el diario, lo dejo todo preparado para salir pronto, leo un poco y me duermo con calor.



(Pirineos desde el regreso de Loarre. En un mirador hacia el norte de camino a Puente la Reina de Jaca. Al fondo se adivinan los valles de Canfranc, Biescas, Ordesa al este..) 



Al día siguiente los peregrinos han madrugado y me despiertan a las 7 con su trajín en las duchas. Me levanto, aseo, visto, cojo los bártulos y salgo. Dejo las cosas en la moto. A mi lado dos moteros se preparan para salir. Van también en GS. Más modernas que la mía. Les deseo buena ruta y voy a desayunar tranquilo en una terraza del centro. Cuando acabo (son las 8:50) vuelvo a la moto. Los dos siguen allí aún vistiéndose y poniendo a punto las cámaras en los cascos. Me dicen que van a Francia por Somport. Mi misma ruta. Salen. Los despido. Me visto y salgo yo hacia Canfranc que está a unos 33 de allí. Se sale de Jaca bordeando los muros de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales que tan amablemente nos enseñó hace unos años mi amigo Alberto. Me extraña no verlos. Habrán ido más rápido que yo. Voy a mi bola. Respirando el aire. Despacio y disfrutando de cada curva. Ya conocía la zona y concrétamente Canfranc-Estación me fascina. Es un lugar mágico, no se sabe que hace allí algo así. Tiene un gran potencial literario. Escenario de espías (de verdad) en la segunda guerra mundial, de exportación de wolframio colaboracionista con los nazis, de sabotaje del makis.. Su paseo de los melancólicos, sus bunkers, los bosques y cimas de su entorno, el túnel ahora cerrado.. Llego a la estación. Fotos. A los pocos minutos aparecen mis colegas por detrás de mi. Se han debido parar a repostar o algo así pues los he adelantado a pesar de lo despacio que iba. Charlamos. Ellos no conocían el lugar. Sigo mi camino. 






Tras pasar por la estación de Candanchú llego a Somport, frontera con Francia. Las estaciones de esquí en verano me producen tristeza. Prados invadidos por vacas que pastan entre los telesillas (¿O son telesillas que invaden prados en los que pastan las vacas?) En la frontera me llama la atención el abandonado puesto aduanero. Es relativamente moderno. Le pilló la entrada en la Unión Europea nada más acabarse de construir. Hago el gesto simbólico de entrar en Francia con la moto. Vuelta a deshacer lo andado hasta Jaca, que rodeo sin entrar para ir en dirección a Sabiñánigo.







El segundo valle que quiero visitar es el de Biescas, que acaba en la estación de Formigal, Panticosa y Astún y que parte al norte desde Sabiñánigo. Este no lo conocía. Como el valle anterior. Curvas abiertas y paisaje precioso. Frió a menudo que ganas altura hacia el puerto lógicamente. Para eso vine -pienso-. Me gusta. Días después me enteraré de que un par de amigos estaban allí en ese momento haciendo excursiones a pie por el valle. Llego al puerto. Sorpresa. Un gran mercado al que los franceses vienen desde su lado a comprar más barato tabaco, gasolina, alcohol.. Compro un escudo para mi chaleco de viaje. Café para calentar el cuerpo. Esto ya no me mola tanto. Hordas de consumidores, estaciones de esquí abandonadas, niebla, frío.. Me vuelvo. Voy a Torla, a ver si me dejan pasar a la pradera de Ordesa, y si no a Bujaruelo. Para eso al bajar me desvío a la izquierda (Bajando el valle) en Biescas. El valle de Ordesa es el centro de toda esta región y está muy bien señalizado.



Paso por Broto y Torla, ya se ve el muro de crestas que están sobre la pradera, anaranjadas por el sol, preciosas. Me encanta este sitio. Como a otros miles por lo que veo. sigo atravesando el turístico pueblo. Luz perfecta. Voy tras un autobús de andarines que va a la pradera. Intentaré dar pena al de la barrera a ver si me deja pasar. Está prohibido en vehículos particulares, solo buses. No lo logro. Dudo qué hacer.



En mis planes iniciales estaba dormir esta segunda noche en el camping de San Nicolás de Bujaruelo, pero siempre pensé que no me atrevería a hacer la pista sin asfaltar de unos 8 km que hay hasta allí. Me agarro los machos y tiro. A ver que pasa. Malo será que me caiga. El paisaje lo merece. Cuando llego reconozco que estoy agarrotado de los músculos. La pista es sencilla pero yo no tengo mucha experiencia. La gravilla me hacía pensar todo el rato que la moto me iba a culear. He llegado. Punto. Es la hora de comer, foto, cigar y pico algo. Charla con mi vecino de la mesa de al lado. Un bilbaino que hace lo mismo que yo (irse unos dias solo) pero él para correr por la montaña. Hablamos de carreras de montaña, de lesiones (se ha hecho un pequeño esguince), de familias y vacaciones familiares, de la provincia de Vizcaya, de Picos de Europa..Buena gente. Pintea. Dudo si quedarme en el camping o volver. Me decido y tiro. Cae la tarde y quiero llegar a Añisclo y si puedo a dormir a La Pineta aunque ese era mi objetivo para el tercer día. No se si es que voy demasiado deprisa o es que había calculado mal. La verdad es que voy tranquilo, disfrutando sin prisas. Siempre me pasa lo mismo: planeo etapas demasiado cortas y se me acaba el viaje antes de lo pensado. Al menos veo y estoy en todos los sitios a los que quería ir.



(Llego a San Nicolás de Bujaruelo)









De camino al cañón Añisclo.


Ya lo comprobé la última vez que vine aquí, pero no ha cambiado desde entonces: la llegada al cañón de Añisclo está señalizada con el culo. Igual que para Ordesa hay miles de Carteles para el cañón de Añisclo casi no hay. Parece que quieren que los visitantes se pierdan o no lleguen o algo así. Desde Torla hay que bajar en dirección a Sarvise de ahí a Fanlo donde aunque no lo ponga claro hay que seguir hacia Nerín, no a Fanlo. Al cabo de unos kilómetros de curvas y recurvas por un valle muy cerrado se llega al desvío a la entrada al cañón que además es también inicio de la carretera que lleva a Escalona por Puyaruego. Si vas a patear el cañón has de dejar ahí el coche y seguir a pie. En ese punto la carretera se bifurca en dos y se vuelve a encontrar en Puyaruego para llegar a Escalona. La de la izquierda baja al cañón (a su entrada a pie) y sigue por la parte baja del valle y la de la derecha asciende por la ladera al mirador y luego al parking en el puerto y luego sigue hasta Puyaruego donde confluyen. Si puedes hacer los dos caminos es recomendable pero si solo puedes hacer uno haz el de arriba para tener la vista del cañón más espectacular. Dependiendo de la hora a la que llegues no puedes elegir y tienes que tirar por arriba dado que cierran el paso por abajo para evitar aglomeraciones en el cañón. Pero eso no lo pone en ningún sitio y hay que saberlo.
(Cañón de Añisclo desde el mirador)



El cañón de Añisclo es una de las formaciones geológicas más fascinantes de España. Parece un pastel cortado de un tajo. Su cabecera confluye en las montañas más altas de la zona compartiendo ese punto que sirve de eje para los valles de Ordesa, Añisclo y Pineta en España y el circo de Gabarnie en Francia. Como si de un reloj se tratara o una rueda cuyos radios fueran estos cañones, circos y cortados.



Sigo camino con idea de llegar al circo de Pineta y hacer allí noche donde pueda. Salgo del calle de Añisclo por Puyaruego, con la peña montañesa de fondo -impresionante-, y Escalona. A la izquierda hacia Francia hasta el túnel donde me salgo a la izquierda de nuevo hacia el circo de Pineta (Viene indicado el parador). Unos últimos kilómetros frescos entre árboles. Se me cruza una ardilla casi negra. Llego al parador, pregunto si hay habitación. Descojono, están llenos. Al pasar he visto una desviación al refugio de la federación de montaña, ni tan mal, p´allá que voy. Hay sitio. 21 € no federados. Me quedo. Ceno algo en la terraza de fuera, veo un mirlo y un arrendajo que bajan a por migas. Charlo con el guarda. Un chaval joven y amable, profesional a su modo pues no se le quita la sonrisa de encima ni cuando le tratan de engañar como que se le ha olvidado a uno la tarjeta federativa para que le apliquen el descuento. Me acuesto pronto. Estoy doblado de cansancio. Muchas horas hoy. Muchos kilómetros. 




Replanteo la estrategia. Recorto un día el viaje. Me estoy yendo hacia el este demasiado y el último día van a ser muchos kilómetros de vuelta de golpe (Y por aburridas carreteras y autovías) si no hago un cambio en la ruta. Así que divido el regreso en dos jornadas y mañana piano piano me voy volviendo. Ainsa-Sabiñánigo-Jaca-Pamplona-Vitoria..

Decido ir a hacer una visita a un amigo a Oreña, cerca de Comillas y Santillana y volver al día siguiente a Valladolid y a Tordesillas tranquilamente.
(Balcón de Pineta al atardecer al llegar al parador)

(refugio de Montaña de Pineta, punto de partida de las ascensiones a Monte Perdido)


A la mañana siguiente el valle está en todo su esplendor.. El balcón, los llanos de La Larri, el Monte Perdido, las cascadas..





















Tras solazarme en el circo de Pineta esa mañana inicio el regreso que me he replanteado. Vuelvo lo andado y salgo a la general donde dudo si tirar a la izquierda  para hacer mi tercer puerto de entrada a Francia que está a doce kilómetros del cruce. Pero es que me conozco y se que no voy a saber decir que no y me voy a hacer los 50 hasta Gabarnie. Y no puede ser pues al dia siguiente me iba a eternizar volviendo a casa, así que sigo fiel a mi plan B y tiro al sur (a la derecha en el cruce) hacia Ainsa.

En Ainsa salgo por la derecha (oeste) hacia Boltaña y Sabiñánigo. Mi idea es llegar a la hora de comer a Jaca y luego tirar hasta Vitoria por Pamplona. Y allí dependiendo de la hora decidir si tiro para casa (Burgos, Palencia, Valadolid, Tordesillas) o para Oreña en Cantabria (Bilbao, Torrelavega, Oreña). Para ir a Sabiñánigo, y de ahí a Jaca, he previsto que voy a tener que subir a Broto y de ahí a Biescas y bajar, sin embargo en Fiscal me encuentro la sorpresa de que hay autovía a Sabiñánigo por lo que me ahorro mucha carretera de montaña (que además ya había hecho) y me presento en Jaca a las 12. Mucho antes de lo previsto. Paseo, compro un regalo, tomo un café en una terraza y vuelvo a ponerme en marcha. 
Jaca es una ciudad en la que podría acostumbrarme a vivir.

El viaje por Pirineos acaba. Me despido de las montañas. Lo que viene desde ahora son autovías y carreteras.

A la salida de Pamplona en el llano veo a lo lejos el muro de nubes y lluvia al que me dirijo. Se acabó la luz. Pronostican lluvias. Aciertan. Me meto de lleno en la meganube que cubre toda Navarra y parte de Euskadi. No puedo hacer otra cosa. Tras pasar por Vitoria y Bilbao llego a Oreña saliendo de la carretera de Oviedo a la salida de Torrelavega. Saludo al Cantábrico. Me esperan para tomar un buen whisky y fumarnos un puro.



Al día siguiente, sin prisas, regreso a Talisker de donde salí. El cuentakilómetros marca 103558 Km. Algo más de 2000 de ruta. Ha estado genial.









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